lunes, 12 de agosto de 2013

Motivación, el motor de nuestros actos

Motivación, el motor de nuestros actos 
Escrito por Dra. Vanesa Fernández López, psicóloga

Motivación, el motor de nuestros actos

La motivación, ese “constructo” del que todo el mundo habla, anhela… pero que muy pocos saben definir. La motivación es un ingrediente altamente deseado para poder conseguir el éxito en diferentes facetas de nuestra vida, pero ¿qué es la motivación?
La motivación no es un ente mágico ni caído del cielo, sino un concepto que indica el por qué de nuestro comportamiento. Actuamos porque tenemos motivos para hacer algo.
Para ello es necesario que se dé la combinación de diferentes elementos intelectuales (concentración, atención…), físicos (deseo, fuerza, etcétera) y psicológicos (expectativas, percepción de autocontrol…), que en diferentes circunstancias determinan las ganas o energía con las que se actúa y de qué forma se dirige dicha energía.
Evidentemente, toda motivación nace como consecuencia de un motivo. Se entiende por éste el deseo desencadenado por un estímulo interno (por ejemplo el hambre) o externo (por ejemplo ganar más dinero) que dirige una conducta a conseguir dicho deseo o necesidad.

Teorías y tipos de motivación

Diversos investigadores han definido teorías acerca de la motivación, aquí tienes las más relevantes:
  • Teoría de las necesidades de Maslow: estamos motivados para conseguir distintas necesidades clasificadas jerárquicamente; fisiológicas, de seguridad, sociales, estima, autorrealización. Según el hombre satisface estas necesidades ascendería desde la simple supervivencia a la autorrealización.
  • Teoría del reforzamiento de Skinner: aquella conducta que se sigue de consecuencias positivas aumenta su probabilidad de repetición en un futuro, mientras que la conducta que tiene consecuencias negativas la disminuye (ley del efecto).
  • Teoría de las metas de Locke: nos imponemos unas metas a lograr, pero para motivarnos debemos contar con las habilidades o estrategias para llegar conseguirlas.
  • Teoría de la equidad de Adams: tendemos a valorar lo equitativo y justo de las recompensas recibidas. Estamos motivados cuando creemos que nuestra recompensa es equitativa a nuestro esfuerzo y justa respecto a las recompensas de otros por el mismo esfuerzo.
Respecto a los tipos de motivación, ésta puede diferenciarse en:
  • Motivación intrínseca: el deseo que impulsa la conducta es interno. La ilusión, el interés, etcétera son ejemplos de estímulos internos que dan lugar a la conducta intrínseca que hace al individuo disfrutar “sin más” de lo que hace.
  • Motivación extrínseca: es el deseo que impulsa la conducta para obtener una recompensa externa o evitar un castigo. El dinero, los regalos, un trabajo estable o evitar una regañina son algunos ejemplos de estímulos externos que dan lugar a la conducta intrínseca.

Efectos de la motivación en nuestra vida cotidiana

Estar o no motivados es fundamental en el resultado que obtendremos en diferentes ámbitos de nuestra vida cotidiana:
  • Motivación laboral: existe una alta relación ente motivación y productividad. Herzberg propone que para que exista motivación laboral se deben conjugar “factores higiénicos” (relación con el supervisor, condiciones de trabajo, sueldos, relación con los compañeros, relación con los subordinados, estatus y seguridad) que evitan la insatisfacción laboral y “factores motivadores” (logro, reconocimiento, interés, responsabilidad) que aumentan la satisfacción y la productividad. La falta de motivación en el trabajo se encuentra entre las causas más comunes de síndromes como el burnout o síndrome del desgaste profesional u ocupacional.
  • Motivación escolar: en el colegio la motivación es un aspecto clave para facilitar el aprendizaje. Para obtener buenos resultados académicos el alumno debe poseer motivación y habilidad. La motivación influirá en las intenciones, metas, percepciones y creencias del alumno. En su motivación influirán por un lado factores externos (profesor, compañeros y características de la tarea) y personales (conocimientos, destrezas, auto-conceptos, metas, etcétera). Todo ello influirá también en la motivación para estudiar del alumno.
  • Motivación deportiva: en el deporte la motivación guarda una estrecha relación con el rendimiento y las expectativas. En ella influye enormemente la percepción de autocontrol de la situación basada en la interpretación de los éxitos y fracasos pasados (ha dependido de mí vs. dependen de los otros). Cuando un deportista siente que haga lo que haga los resultados serán independientes de su conducta, su nivel de motivación y, por consecuente el de su rendimiento, descienden.
Factores que influyen en nuestro nivel de motivación
La motivación es resultado de la interacción de diversos factores, que influirán en nuestras ganas según el área específica de la que estemos hablando (laboral, escolar…). Sin embargo, algunos factores aparecen en todas ellas. Entre los más importantes encontramos:
  • La valencia: valor que ponemos a los posibles resultados de nuestras acciones. A mayor valor, mayor motivación.
  • La expectativa: la creencia sobre la posibilidad de ver cumplidas nuestras metas. En ella influyen nuestras creencias sobre la capacidad de control sobre la meta.
  • El tiempo transcurrido hasta obtener una recompensa: cuanto antes la obtengamos, mayor motivación.
  • El reconocimiento interno/externo de nuestro comportamiento: el reconocimiento interno (motivación intrínseca) es el más potente. Cuando este falta o para acompañarlo no nos viene nada mal una pequeña dosis de motivación extrínseca.

Automotivación, ¿cómo conseguirla?

Quién no se ha levantado una mañana sin ganas de nada, ni de trabajar, ni de hacer las labores de la casa… Y nos quedamos esperando, pensando cómo conseguir esa motivación que necesitamos para arrancar una tarea, en el trabajo o para decidirnos a hacer ese arreglo en casa que siempre dejamos para otro día. Debemos concienciarnos de que nosotros mismos somos la pieza clave para fomentar nuestros niveles de motivación.
Por eso, es importante que tengas en cuenta las siguientes técnicas para conseguir aumentar tu automotivación:
  • Las ganas no vienen solas: muchas personas se confunden al creer que primero deben “tener ganas” y luego actuar. Esto es un error. Haz la prueba; primero actúa y después verás como tienes más ganas de continuar haciendo cosas. Mucha gente decide seguir trabajando una vez que ya ha empezado.
  • Fíjate unos objetivos realistas: es bueno que dividas estos objetivos en sub-objetivos que te permitan valorar si efectivamente te estás acercando a la meta deseada. Ver que estamos en el camino correcto es muy motivante.
  • Proporciónate algún premio cuando crees que has hecho las cosas bien.
  • Evita postergar tareas: la postergación (aplazar las tareas sin motivo) puede hacer que tus niveles de motivación desciendan por verte incapaz de conseguir tus objetivos.
  • Aprende habilidades: si para conseguir un objetivo crees que te faltan técnicas específicas, intenta adquirirlas o pide ayuda a otra persona para que te las enseñe.
  • Queda con otras personas para emprender una tarea si te es posible.

El coaching: entrena tu motivación

Una técnica de reconocida eficacia y muy de moda en la actualidad es el coaching, que nos ayuda a conseguir nuestras metas personales de mano de un “entrenador personal”, generalmente un psicólogo. Este profesional nos ayuda a dirigir nuestra conducta en dirección a nuestros objetivos además de dotarnos de las habilidades requeridas para conseguirla: liderazgo personal; aprovechamiento de nuestro talento personal, etcétera. En el coaching se busca el crecimiento personal y profesional del individuo con el fin de dotarle de una visión clara de sus metas y de sus posibilidades para alcanzarlas.
Cada vez más empresarios, deportistas y personas en general en busca del éxito en una meta determinada acuden al coaching para adquirir una serie de habilidades que les permita conseguir sus objetivos personales o profesionales. Numerosos cursos y profesionales ofrecen estos servicios de coach a grupos o particulares.
Además del coaching existen otros tipos de intervención que nos pueden ayudar a conseguir aumentar nuestra motivación. Algunas como la psicoterapia cognitiva-conductual será fundamental en aquellos casos en los que la falta de motivación es antecedente o consecuente de problemas emocionales (por ejemplo depresión). Entre otras técnicas, en este tipo de psicoterapia tu terapeuta te ayudará a identificar los pensamientos y conductas que son incompatibles con unos niveles de motivación adecuados.

Test de motivación

¿Quieres saber si tienes el nivel de estimulación adecuado para atacar tus objetivos? Descúbrelo con este test demotivación:
  1. En mi trabajo las cosas las hago…
    1. Porque las tengo que hacer.
    2. Porque me gusta lo que hago y disfruto con ello.
    3. Porque no me queda otra, pero me anima pensar en el dinero que voy a ganar haciéndolo.
  2. Cuando me planteo una meta a largo plazo…
    1. Me voy animando con cada parte del camino recorrido.
    2. Suelo desistir pensando en todo lo que me queda por conseguirla.
    3. Intento conseguirla siempre que no me resulte muy complicado.
  3. Si deseo algo pero me faltan los medios para conseguirlo…
    1. Paso página y me busco otro objetivo.
    2. Busco a otra persona que los tenga o los consigo por mí mismo si no son del todo complicados.
    3. Me preocupo de adquirirlos yo mismo para conseguir mi objetivo.
  4. En lo que respecta al resultado final de las cosas…
    1. Sólo estoy satisfecho si han salido bien.
    2. A pesar de que indudablemente prefiero que salgan bien, lo que realmente me satisface es sentir que el proceso ha sido bueno, que he hecho las cosas bien.
    3. Me gusta que el resultado sea el esperado aunque me consuela un poco el haberlo intentado.
  5. Los problemas o contratiempos los vivo…
    1. Como un reto o desafío.
    2. Como un estresor algo desagradable.
    3. Como una catástrofe.
  6. Cuando he tenido un éxito…
    1. No lo siento como tal hasta que no me lo reconoce otra persona significativa para mí.
    2. Estoy muy contento, pero esta felicidad no es completa si no me lo destacan otras personas.
    3. Me siento orgulloso de mí mismo. Si no lo estoy yo quién lo va estar.
  7. Tengo claro que las cosas que requieren un esfuerzo…
    1. Son las que realmente merecen la pena y después más valoras.
    2. Son las que te cansan y debes evitar.
    3. Hay que hacerlas, pero invirtiendo el menor gasto personal posible.
  8. Cuando no me apetece hacer una tarea importante…
    1. No la hago y la sustituyo por otra similar
    2. La acabo haciendo, aunque he de admitir que después de haberla postergado en más de una ocasión.
    3. No le doy demasiadas vueltas y comienzo a hacerla.
  9. Cuando las cosas han salido bien…
    1. Me alegro.
    2. No despierta ninguna emoción en mí, pues así debería ser siempre.
    3. Me siento satisfecho y me premio con algún pequeño capricho por el esfuerzo.
  10. En lo que respecta a mis éxitos y fracasos…
    1. Creo que dependen de mí.
    2. Creo que dependen de mí, pero dudo de si la situación se repetirá o no en un futuro.
    3. Son completamente aleatorios. Yo no tengo nada que ver con ellos.
  11. Cuando conseguir una meta u objetivo me está costando mucho me digo cosas como…
    1. Déjalo, no lo vas a conseguir, en realidad no te interesaba tanto.
    2. Es lo que quieres. Continúa adelante y piensa en lo que has avanzado.
    3. Un poquito más y si no sale ya lo dejas.
  12. En esos días en los que ni me levantaría de la cama…
    1. Pienso en las cosas buenas que puede aportarme ese día o en las malas como me quede en la cama.
    2. Me arropo y sigo durmiendo sin pensar en las consecuencias.
    3. Me levanto porque de lo contrario tendré problemas aunque lo hago con un humor de perros.

Claves y resultados del test de motivación

Suma los puntos obtenidos en el test anterior para comprobar cuál es el estado de tu capacidad de motivación. Estas son las claves:
  1. a= 0  b=2 c=1
  2. a= 2  b=0 c=1
  3. a= 0  b=1 c=2
  4. a= 0 b=2 c=1
  5. a= 0  b=2 c=1
  6. a= 0  b=1 c=2
  7. a= 2  b=1 c=0
  8. a= 0  b=1 c=2
  9. a= 1  b=0 c=2
  10. a= 2  b=1 c=0
  11. a= 0  b=2 c=1
  12. a= 2  b=0 c=1

0-8 puntos - Totalmente desmotivado

Te falta alegría porque te falta motivación. Tienes lo suficiente para seguir adelante cada día pero te falta el “aliño” de la vida. Incluye metas y esfuerzo en tu vida. De esta manera podrás motivarte por algo evitando así emociones negativas como la apatía o la dejadez.

8-16 puntos - En la cuerda floja:

Sabes que hacer las cosas requieren un esfuerzo pero partes del hecho de que cuanto más pequeño sea mejor. Te pierde la impaciencia y a veces la desgana. Resalta tu punto fuerte; pasa a la acción. Las ganas no vienen solas; verás que cuando empieces a hacer las cosas será cuando te encuentres más motivado.

16-24 puntos - Como una moto

Lo tuyo sí que son ganas de conseguir tus objetivos. Y es por eso que los consigues. Te lo propones y asumes el esfuerzo que supone alcanzarlos. Esta actitud te motiva a seguir motivado y aumentar la confianza en ti mismo. Continua así.

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