martes, 10 de septiembre de 2013

ADELGAZAR CORRIENDO

ADELGAZAR CORRIENDO

Si tenemos un problema con el sobrepeso y nuestro médico o nuestro círculo cercano nos recomienda adelgazar podemos tomar dos vías complementarias. Adecuar la dieta a lo necesario y practicar ejercicio.
Tanto para lo uno como para lo otro es muy recomendable acudir a especialistas. No debemos jugar con nuestra salud. Debemos saber que es sumamente peligroso realizar una dieta restrictiva sin la supervisión médica.
De igual modo es arriesgado proponerse realizar ejercicios físicos de intensidad moderada o alta sin que un médico nos haya realizado algunas pruebas que indiquen que somos aptos o no para iniciar la práctica de una actividad física. Sabemos que al recomendar esto parecemos perros verdes pero el realidad lo extraño es que se permita correr carreras de larga distancia sin haberse hecho un chequeo médico básico.
Las pruebas más comunes son la prueba de esfuerzo, hemograma completo y un ecocardiograma, pero otras pruebas pueden ser solicitadas, en función de la evaluación realizada por médico que nos realice el informe
El running puede ser un arma de gran eficacia para luchar contra la obesidad y el sobrepeso. Correr no es siempre sinónimo de ir deprisa. Si lo que queremos es abandonar el sedentarismo debemos comenzar lentamente, respetando nuestros límites.
Es muy importante también combinar varios deportes como el ciclismo y la natación. Esto hará que no nos aburramos al principio y que todo resulte novedoso. También podemos usar esos deportes como fórmula de descanso activo o relajación. Tenemos que tener en cuenta que una persona con sobrepeso puede dañar sus articulaciones más fácilmente y que la natación el ciclismo son ejercicios de menor impacto.
Pero no podemos pensar que corriendo y alimentándonos de manera defectuosa vamos a conseguir algo. Es muy importante alimentarse bien, es decir, comer de todo con equilibrio. Sin excesos. Nuestras comidas deben contener los tres grupos de alimentos (carbohidratos, proteínas y grasas).
Antes de entrenar, damos preferencia a los carbohidratos complejos tales como panes, tostadas, arroz integral y la avena. Ellos ayudan a nuestro cuerpo a utilizar la grasa como fuente de energía y para mantener el rendimiento en el entreno.
Las proteínas (carnes en general, los productos lácteos y las legumbres) y grasas (mantequilla, margarina, aceite, aceite de oliva, frutos secos, etc.) También se puede comer antes de entrenar pero en cantidades más pequeñas.
En lo que se refiere al entrenamiento en sí mismo algunos son más propicios que otros para la quema de grasas. Así que es importante seguir una planificación con objetivos bien marcados. Los ejercicios que mantienen el ritmo cardíaco en el rango de 60% a 70% son los más adecuados.

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