jueves, 14 de noviembre de 2013

Messi lesionado,el deportista y la lesión

Messi lesionado,el deportista y la lesión

El deportista, aunque parezca increíble, se lesiona. El titular de muchos diarios deportivos recientemente ha sido “Messi lesionado“. Si esta lesión, como en el caso de Leo Messi, sucede con cierta frecuencia, la influencia sobre el aspecto psicológico del jugador es significativa. Sin ánimo de elaborar y lanzar teorías basadas en humo, aquí os dejo el enlace a un estudio realizado por un centro de rehabilitación con todas sus referencias bibliográficas (para el que le interese y quiera indagar más). El deportista no es sólo cuerpo, eso ha calado ya (aunque los propios deportistas siguen concibiendo el trabajo mental como algo residual o poco importante), pero en la fase de la recuperación de lesiones y readaptación a la competición, el aspecto mental cobra mayor importancia si cabe.
La influencia de la lesión y su impacto en el deportista dependerá de muchos factores. Entre otros: el tipo y gravedad de la lesión, el tiempo estimado de recuperación, la disciplina que practique, la duración de la carrera deportiva… Evidentemente, no es lo mismo una rotura fibrilar en un golfista que le suponga estar parado un mes en una carrera de 30 años, que la misma lesión en un tenista, cuyas carreras suelen ser de 10-15 años.
En cualquier caso, pongámonos en la piel de un deportista cualquiera de una disciplina cuya carrera pueda durar entre 10 y 15 años (Messi lesionado, puede servir de ejemplo). Toda lesión tiene un proceso por el que, a grandes rasgos, pasa cualquier convaleciente. Dejando la parte técnica a un lado, siempre hay un momento en el que aparecen los síntomas, otro momento en el que se diagnostica, luego se llevan a cabo las medidas pertinentes para la recuperación (intervención en caso necesario y rehabilitación) y, por último la readaptación a la competición.
En todo el proceso provocado por la lesión, hay una constante que lo caracteriza: la incertidumbre. Eldeportista, de repente, se encuentra en una situación de absoluta incertidumbre en un ambiente al que no está habituado. Una vez aparecidos los síntomas, la pregunta es: ¿tendrá la lesión que dice el médico? Una vez realizada la prueba y confirmado el diagnóstico: ¿cuánto tardaré en recuperarme?, ¿me vendrá bien la rehabilitación?, ¿volveré a jugar como hasta ahora? Durante la rehabilitación y la readaptación: ¿estoy haciéndolo bien?, ¿esto me llevará a recuperar mi nivel?, ¿qué pasa si no vuelvo a ser el mismo? Durante la readaptación: ¿fuerzo o sigo las pautas que me han dado?, ¿este dolor que me aparece está relacionado con la lesión?, ¿estoy al 100%? Y estas dudas continúan hasta que el deportista se olvida, mientras compite, de que tuvo esa lesión.
¿Acaso el deportista no se enfrenta a incertidumbre constante en la competición? Por supuesto. Pero es una incertidumbre con dos características concretas. Por un lado, la competición es más cierta para ellos: tienen una mayor experiencia sobre ella y, por lo tanto, una mayor certeza sobre las variables que influyen en su devenir y el impacto de las mismas. Por otro, la competición educa a los deportistas, por lo general, a tratar una incertidumbre mucho más cortoplacista: concentración en el próximo entrenamiento para ser una décima más rápido, en el próximo partido (que no suele ser más allá de cinco días vista) para conseguir la victoria…
La inmediatez y velocidad que rodea al deporte provoca que, por lo general, a los deportistas les cueste alejarse de la situación para mirar a varios meses/años vista. Manejar la incertidumbre en horizontes temporales amplios es mucho más complicado, pero la respuesta no puede ser ignorar que existe un futuro hasta que te topas con él. Es para esto para lo que el trabajo mental es fundamental. Ayudar a vivir con la incertidumbre a largo plazo es clave si queremos que nuestras decisiones de hoy no hipotequen nuestro mañana. Bien sea en la gestión de una lesión, en la gestión de una carrera deportiva o en la gestión de nuestra vida.
La inmediatez, además, puede provocar precipitación. Ésta suele ir asociada a errores. Si a esto, le unimos herramientas que perpetúan nuestros errores en el tiempo, se producen situaciones como la siguiente.
Estoy convencido de que su intención no era la de obviar o pasar por alto el sufrimiento que un deportista padece cuando sufre una lesión. Sin embargo, viene muy bien para entender como una herramienta como Twitter, puede dejar para la posteridad algunos de nuestros errores. El razonamiento a nivel probabilístico es correcto pero reducir a probabilidad y matemáticas, sin tener en cuenta el factor humano, nuestras decisiones es un error gravísimo y, por desgracia, estos tweets “inteligentes” no ayudan.
Deportistas, no menospreciéis el trabajo relacionado con vuestras emociones y vuestra mente, os ayudará a gestionar la incertidumbre de la competición y la que peor controláis, la del futuro a largo plazo. Resto de agentes del sector del deporte no es necesario llegar a ver a Messi lesionado, para  no olvidar que cuando un deportista se lesiona, hay alguien debajo de esa camiseta/bañador/mono… que sufre.
Fuente: SanPer Sport
Por: Gonzálo Sánchez, Gonzalo Sánchez. Ex-jugador profesional de baloncesto, Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y Director de SanPer Sport.

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